jueves, 28 de enero de 2010

¡Ya basta!


En los últimos días hemos vivido la lamentable noticia de que Salvador Cabañas recibió un balazo y su vida corre peligro, al parecer todo empezó en una riña de fútbol...
Cabañas no es el único que ha pasado por esto en el mundo deportivo, tenemos el ejemplo de Cáceres que hace dos meses recibió un balazo en la cabeza en Buenos Aires, Argentina. El caso de Andrés Escobar de Colombia que en el mundial de Estados Unidos anotó un autogol dejando a su selección fuera de la copa del mundo frente a los anfitriones, pocos días después de su regreso a su país natal fue baleado y asesinado por el error cometido, todo esto por el fútbol, ¡¿Dónde está el límite?! El fútbol debe de ser algo que nos una o de una rivalidad sana, algo que se disfrute o sufra sin afectar a terceros...

Hay una frase muy cierta de Paul Auster que dice así "El fútbol es un milagro a través del cual Europa encontró una forma de odiarse sin destrozarse." Y es cierto, la rivalidad debe de quedarse sólo en la cancha y en el estadio, no diré que el fútbol es sólo un juego pero cualquier cosa que afecte a alguien más debe de desaparecer, no hay motivos ni justificaciones para las acciones cometidas en contra de la vida.

Las peleas en los estadios entre las porras, insultos, agresiones y demás son cosas que van desgastando el ambiente de nuestro fútbol, no hay que llegar al día en que no podamos asistir a otro estadio mas que el del equipo que alentamos, por que aceptémoslo que lindo es el pique amistoso con los contrincantes...

¡Ánimo Chava, que vas a salir de ésta!

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